Uno más

domingo, enero 29, 2006

Tierra de contrastes.

Domingo, 7:20 de la mañana, el despertador me pega la bofetada habitual y me saca con apatía, con mucha apatía, de la cama. Aseo general, me visto, y a la calle, cuando abro la puerta y veo lo que está cayendo me sale del alma un, ¡hostia!, seguido de un, ¡mierda!; hostia por la sorpresa de ver toda la calle, con cuatro o cinco centímetros de nieve y subiendo, mierda por no poder disfrutarlo, hoy trabajo.
No me importa trabajar en noche buena, en noche vieja, Semana Santa, festivos, puentes, etcétera, pero ¿en un domingo nevado?, yo lo que quiero es irme al campo con mi niña y jartarme de echar fotos. De todas formas cogí la cámara y por el camino tomé alguna instantánea para matar el gusanillo.Ya son dos años seguidos con buenas nevadas por aquí, algo está cambiando, el año pasado con temperatura mínimas insólitas, -6º C, -8º C, la nieve duró en las montañas cuatro días, esta vez no se han alcanzado por ahora esas cotas, así que pronto desaparecerá el manto blanco. Pero no deja de ser extraño que nieve con tanta facilidad, en una zona donde se alcanzan en verano temperaturas de 40º C. Así es Andalucía, tierra de contrastes, una mañana te levantas y todo es ocre, al día siguiente verde, y al otro blanco, y algunas noches me acuesto viéndolo todo blanco y verde ;).

viernes, enero 06, 2006

La ley de la vergüenza.


El tabaco perjudica al que lo consume, está claro, pero eso a mi sinceramente me importa poco; el problema es que molesta y perjudica también a quien no desea consumirlo. Al no fumador no se le daba alternativa, tragar, tragar y tragar, si tus compañeros de trabajo fuman, a tragar, si te vas de copas, a tragar, si en el restaurante, el de la mesa de al lado es una chimenea andante, a tragar.
El fumar en cualquier sitio, es algo tan arraigado y tan cotidiano que parece que el mundo se acaba el día 1 de Enero. No hace tantos años, había maestros que impartían sus clases con su cigarrito en la boca, hoy sería algo escandaloso, también te encontrabas al médico pasando su consulta con un cenicero lleno y haciendo méritos para llenar otro, hoy sería inconcebible. Los fumadores se adaptarán, y dentro de unos años también será inaudito ver fumadores en lugares donde hoy es normal.
Dicen que se sienten acosados, acorralados, apestados; ¿y cuantos años llevo yo acosado, acorralado, y con la ropa apestada?
Vergüenza, debería darle a muchísimos fumadores de que les tengan que imponer por ley, lo que no han sido capaces de hacer por ética.